Mateo Banks: "Mateocho"



Mateo Banks pasó de integrar una familia prestigiosa de su ciudad a convertirse en el primer homicida múltiple más despiadado y famoso de la historia Argentina.



Mateo Banks y Keena nació el 18 de noviembre de 1872 en la Estancia El Trébol, Chascomús, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Sus padres eran Mathew Banks y Mary Anne Keena, ambos irlandeses que habían llegado a Argentina en 1862 huyendo de las pestes, las guerras y la miseria. Se casaron en Chascomús, en 1867. Luego se mudaron y establecieron en Azul, un prospero centro agrícola, donde tuvieron siete hijos: María Ana, Dionisio, Miguel, Mateo, Pedro, Catalina y Brígida.

Mateo Banks

En Azul se encontraban fuertes colonias de inmigrantes irlandeses, polacos, franceses, entre otros. La familia Banks adquiriría gran prestigio en dicho lugar. Para 1922 ya se destacaban como inmigrantes triunfadores y parte activa de la comunidad.
Mateo era una figura importante dentro de su comunidad. Se destacaba como un católico respetado con mucha participación religiosa, siendo quien portaba el palio en las procesiones y el presidente de la Liga Popular Católica. También miembro del Consejo Escolar y socio del Jockey Club y de varias ligas de beneficencia; ademas vicecónsul de Gran Bretaña. Además representaba a la marca de autos Studebaker en la provincia de Buenos Aires y manejaba un elegante Voiturette. Contrajo matrimonio con Martina Gainza, perteneciente a una de las mejores familias de Azul. Con ella tendría cuatro hijos.

Mateo con su familia

El matrimonio vivía en el centro de Azul, mientras que los hermanos de Mateo vivían en las estancias heredadas por su padre: El Trébol y La Buena suerte.



El problema


Pese a que parecía tener la vida perfecta, hubo problema que Mateo ocultaba: tenía una adicción desmesurada por el juego. Su descontrol era tal que había contraído demasiadas deudas. Estaba en bancarrota.
Mateo intentó saldar sus deudas primero pidiendo dinero y luego con maniobras fraudulentas. En 1921 había vendido sus terrenos a sus hermanos e intentó hacer una estafa falsificando la firma de Dionisio para vender cabezas de ganado, que no le pertenecían, a un rematador de la zona. Esto no funcionó ya que fue descubierto y sus hermanos decidieron denunciarlo. Sabía que esto podría llevarlo a la cárcel, cosa que no estaba dispuesto a aceptar. Fue por eso que ideó plan para salvarse, aunque eso significaba deshacerse de gente.

El 1 de Abril de 1922, Mateo (ya con 44 años) compró estricnina en la farmacia del pueblo. El 18 de Abril de 1922, decidió colocar el veneno en el puchero de la comida familiar. Pero se equivocó en la dosis, lo que solo produjo intoxicación a sus familiares. Molesto por el resultado, decidió ir mas lejos.


El hecho


Aproximadamente a las 13:15 del mismo día, fue en busca de su rifle Winchester, cuyas balas consiguió el mismo día que compró la estricnina. Se encontraba en la estancia "La Buena Suerte" y puso en marcha su plan.

Primero fue a ver a Dionisio, quien estaba enfermo en cama. Inmediatamente le disparó. La bala le atravesó la espalda y el tórax, luego efectuó un segundo disparo para rematarlo. Sara, la hija de Dionisio de 12 años, también se encontraba en el lugar y trató de huir aterrada. Mateo la encontró y le dio un culatazo en la cabeza que la desmayó enseguida. Inmediatamente la arrastró fuera de la estancia y la arrojó a un pozo de agua, para luego dispararle dos veces.
Cerca de las 20:00 hs., llegó el único peón de la estancia, Juan Gaitán (algunos discrepan que su apellido era Illescas), quien venia de hacer unos mandados en el pueblo de Azul. Mientras el peón guardaba los caballos en el galpón de la estancia, Mateo apareció y lo asesinó de un disparo. Enseguida se subió al carro y se dirigió a la otra estancia  "El Trébol", que se encontraba a 5 km. En el camino se cruzó con otro peón, Claudio Loaiza, a quien le dijo que lo acompañara a la estancia para atender a Dionisio porque estaba muy enfermo. Luego de insistirle, Loaiza accedió y se subió al carro.
En un momento del camino, Mateo le pidió a Loaiza que se bajara del carro para buscar el latigo que usaba para los caballos. Una vez que el peón se bajó Banks le dio un tiro en el cuello. Se fijó que aún estaba con vida y lo remató. Luego escondió su cuerpo en un pajonal cercano y siguió su camino.

Llegó a "El Trebol", donde vivían sus otros dos hermanos, Miguel, de 49 años, junto con su esposa Julia Dillon y Maria Ana Banks, de 54 años y las hijas del matrimonio, Cecilia y Anita (de 15 y 5 años, respectivamente). Avisó que se sentía mal y que se iría a dormir a su antigua habitación. Esperó pacientemente para su próxima jugada. Luego de la cena y, asegurándose que todos durmieran, a las 23 hs salio de la habitación. Buscó y despertó a su hermana, Ana María. La convenció para que lo acompañara a "La Buena Suerte" para atender a Dionisio porque estaba muy enfermo, ella accedió. Maria Ana se cambio y subió al carro junto a su hermano. En medio del trayecto, Mateo paró el caballo y le disparó a su hermana. Pateó el cuerpo fuera del carro y volvió a "El Trebol". Nuevamente allí, Mateo golpeó la puerta de la habitación de Miguel y Julia, y le pidió a Juana que le haga un té porque se sentía muy mal. Cuando Julia abrió la puerta Mateo la asesinó disparandole en el pecho. Miguel, aún enfermo, oyó el disparo y trato de movilizarse, pero su hermano lo mató de un disparo en el cuello. A continuación entró a la habitación de sus sobrinas y asesinó a Cecilia. Sólo quedaban Julia y María Ercilia Gaitán, la hija del peón, de 4 años. A ambas las tomó en brazos y las encerró en una habitación.

Finalizada la masacre y ya de madrugada, Mateo se dirigió a Azul, a la casa del doctor Rafael Marquestau, medico de la familia. Le aseguró al mismo que los peones, Gaitán y Loiza, habían matado a toda su familia y lo habían atacado, y que en defensa propia los había tenido que matar. Incluso dijo que en el tiroteo lo habían herido en el pie. Marquestau se vistió rápidamente para dirigirse al lugar de los hechos. Luego de ir a la estancia, llamó al comisario Luis Bidonde, quien realizaría la investigación en la escena del crimen. Aunque Banks insistía en llamar a un abogado de nombre Antonio Carús, pero Marquestau se negó.

Se encontraron todos los cuerpos, y a Anita Banks junto a Maria Ercilia Gaitán, aparentemente intoxicadas pero aun con vida.  El cuerpo de Sara se encontró con posterioridad. Mateo seguía repitiendo la devastadora historia.


La investigación


El caso causó repercusión en todo el país. Pronto los titulares de los diarios hablaban de aquella masacre inexplicable. La sociedad de Azul estaba conmocionada, y miles de personas acompañaron los entierros de las víctimas, encabezado por el único de los Banks con vida.

Los cuerpos

El comisario Bidonde tomó como primera medidad detener a Mateo Banks como principal sospechoso del crimen. Él siempre se aferraba a su versión y solo fue detenido una noche. Hasta ese momento nadie sospechaba de él. Sin embargo su cuento no duraría mucho.

Desde la ciudad de La Plata, llegó un afamado investigador, el comisario Ricardo de la Cuesta. Quien se hizo cargo de la investigación. El Comisario De La Cuesta, investigó a fondo las pruebas e interrogó por mucho tiempo a Mateo.


Luego de varios interrogatorios, las contradicciones en el relato empezaban a notarse. Entre otras cosas, dijo que había estado hablando media hora con su hermano Miguel luego de que este fuera herido. Pero la autopsia determinó que el hombre murió instantáneamente. Además se hallaron otras pistas, como que el tiro que Mateo tenía en la bota y que afirmaba era producto de un balazo de Gaitán era en realidad un orificio hecho con un punzón, y las pericias en las balas confirmaron que pertenecían a su escopeta. La pequeña Cecilia no se quedó callada: "El que hizo los tiros fue el tío Mateo", le dijo a la Justicia. La hija del peón también testificaría lo mismo.

El peritaje a Mateo Banks

Mateo empezaba a ponerse nervioso y dio otra declaración. Dijo que le había pagado a Gaitán para que matara a sus hermanos, que le ofreció 2 mil pesos. Sostuvo que a Gaitán se le fue la mano y mató también a las mujeres, para luego reclamarle otro pago. Aseguró que fue por este motivo que mató al peón. El día que hizo estas declaraciones, los investigadores hallaron el cadáver de Loiza, el otro peón, que hasta entonces estaba desaparecido.

Tres semanas después terminó confesando los crímenes.


Juicio

Los titulares

El juicio a Banks fue realizado en el Sport Club de Azul, donde se le acuso de ocho homicidios consumados con alevosía y premeditación. Hubo fuerte presencia de las fuerzas de seguridad ya que los asistentes al juicio querían atacarlo. La prensa lo bautizó "Mateocho", un juego de palabras entre su nombre y el número de víctimas que se cobró.




Durante el Juicio Mateo se retractó de su confesión, diciendo que fue hecha "por haber sido sometido a torturas y amenazas". Aunque las pruebas reunidas por el fiscal Horacio Segovia probaban su culpabilidad. Se comprobó que había vendido sus terrenos a sus hermanos, y que poco antes de los homicidios, había intentado hacer una estafa falsificando la firma de uno de ellos. Ademas se probó cuando compró el veneno utilizado en la comida y las municiones que utilizaría aquel día para los asesinatos.  También se supo en el que mató a Anita para no compartir la herencia y a los peones porque hubieran arruinado su historia. ¿Por qué sólo dejó vivas a Julia y a Ercilia? A su sobrina pequeña quizás no la consideró potencial testigo, por su corta edad. Y si pensaba culpar de la masacre al peón, matar a la hija de éste haría su versión menos creíble, al menos eso fue lo que pensaron los investigadores.

Mateo Banks durante el juicio

La repercusión y el rechazo por Mateo era tal que nadie quería defenderlo. Hasta que el abogado Luis Larrain aceptó ser su defensa. Larrain insistió en la versión de Banks, pero no pudo explicar las inconsistencias en el relato.

Finalmente, el 3 de abril de 1923 la vista de la causa se dio como concluida. El tribunal condenó a Mateo Banks a reclusión perpetua, (la pena de muerte ya había sido abolida).

Antes de ser condenado, Mateo declaró: "Es muy grande la maldad ejecutada en mí, grandes los suplicios que he sufrido, grandes todos los tormentos que he padecido. Grandes los esfuerzos de la Cámara para llegar al conocimiento de la verdad. Grande la crueldad de la acusación, grande e inútil la tarea del defensor. Hace más de diez meses llevo esta cruz con resignación, sin quejarme; hace más de diez meses que aguanto el odio de la humanidad, siendo el motivo del horror de la civilización. No me he quejado y en este momento voy a concretar mi pensamiento para hacer un solo pedido: he sufrido mucho y sólo quiero una cosa que se haga justicia "


Larrain presento una apelación por "vicios y formas" en el proceso, que fue declarado nulo. El juicio fue trasladado a La Plata. Mateo cambió de defensor al Dr Antonio Palacios Zinny. Aunque el abogado Palacios Zinny intento diferentes tretas para salvar a su defendido, ninguna prospero. El 14 de Junio de 1924 se reconfirmó la sentencia.

Mateo Banks ya en prisión

En 1924 fue trasladado al penal de Ushuaia (conocido como la carcel del fin del mundo), donde convivió con otros presos famosos como Cayetano Santos Godino, el "petizo orejudo". En prisión mantuvo una buena conducta. Concedió numerosas entrevistas. En 1936 volvió a la penitenciaría en la capital, hasta cumplir 20 años de reclusión. Rezaba continuamente, y llegó a fabricar un rosario con botones, del que nunca se separaba. Más tarde tuvo éxtasis religiosos y dictó liturgias, por lo que fue apodado "El místico". También aseguraban que tenía "falta de reacción emotiva".

Mateo Banks en una entrevista

Siguió afirmando ser inocente y culpando al peón Gaitán. Declaraba que el mismo había sido despedido un día antes de los homicidios por su mal comportamiento, y que ese era el motivo por el que asesinó a toda la familia. También aseguraba que la confesión había sido conseguida con torturas y amenazas de martirizar a su hija.



Liberación y final

En 1949, después de estar preso 25 años, se le dio el beneficio de la libertad condicional. No duraría mucho afuera.
Intentó volver a Azul, pero no fue bien recibido por la sociedad aún conmovida por la brutal masacre, por lo que se mudó a Buenos Aires, donde cambió de identidad. Se mudó a una pensión en el barrio de Flores, ubicada en la calle Ramón Falcón 2178,7​ donde se registró con el nombre falso de Eduardo Morgan. El mismo día que se instaló, tomó un jabón y una toalla y se encerró en el baño para bañarse. Pisó el jabón, se cayó, su cabeza golpeó el borde de la bañera y murió en el acto. Tenía 77 años.
En la caja fuerte de la cárcel había dejado un manuscrito con sus memorias, de unas 1200 páginas, con instrucciones para su publicación. Lamentablemente este se perdió con el tiempo, pero su leyenda nunca fue olvidada.

La casa de Mateo Banks en Azul hoy

En la localidad de Azul se ofrece un Tour que dura dos días y una noche, donde se recrea la historia.
En Usuhaia se encuentra el Museo del Presidio, donde antes se encontraba la carcel del fin del mundo. En el mismo se halla una estatua de Mateo Banks.





Bibliografía

Crímenes sorprendentes de la Historia argentina 2 - Ricardo Canaletti


Buenos Aires misteriosa  2 - Diego M. Zigiotto

0 comentarios:

Publicar un comentario