La venganza de la familia Salomón

Dos familias unidas por la amistad de sus hijos, pero se vieron enfrentadas tras la muerte de uno. Pronto todo se volvió turbio hasta convertirse en una venganza.



Villa Bosh, Buenos Aires, año 2002







Guillermo “Willy” Salomón (en aquel momento de 20 años) era hijo de Alfredo, un panadero retirado que se había puesto una remisería. Allí trabajaba la hermana mayor de “Willy”, Claudia Delia Salomón, de 35 años y madre de tres chicos. “Willy” estaba de novio con Karina y la hermana de Karina, Anabella, estaba de novia con Emiliano D´Aversa, (de entonces 16 años) que ayudaba en el negocio familiar "Arco Iris", una perfumería. Ambos eran amigos y compartían el mismo gusto por los autos

Guillermo "Willy" Salomón

"A los dos les gustaba los coches y tenían planeado armar uno juntos para ir al autodromo" Aseguró Norma, la madre de Emiliano.

Emilio D'Aversa

El dia







Era el 25 de diciembre, "Willy" fue a buscar a Emiliano en su Fiat Palio. Mientras esperaban a que ss novias terminaran de arreglarse para ir a tomar un helado, decidieron dar una vuelta para probar el auto (hay quienes aseguran que quisieron hacer carreras).



Eran pasadas las 3 de la tarde cuando el auto volcó a 120 kilómetros por hora en la zona de El Palomar. "Willy" se perforó un pulmón con el volante y salió despedido por el parabrisas. Murió al día siguiente. Emiliano salió, pero su pesadilla apenas comenzaría.






La grieta





Los Salomón estaban devastados por semejante tragedia, pero sostenían que no fue un accidente, que fue Emiliano quien lo mató. Según determinó la investigación del accidente, el auto había sido bajado con bolsas de arena para correr carreras. La sospecha de los Salomón fue que Emiliano era quien conducía y que sus padres habían pagado a la policía para dar vuelta las ubicaciones.
Emiliano estuvo a punto de ser imputado por homicidio culposo pero la comprobación que se hizo fue que no manejaba, iba en el asiento del acompañante y en consecuencia no podía haber tenido intervención en el accidente, por lo cual no fue procesado.

La familia de "Willy" se mostró enfurecida por aquel fallo. Insistían en la culpabilidad de Emiliano y estaban convencidos de que su familia le pagó a la policía para alterar las pruebas. Delia, la hermana de "Willy", dijo sin medias tintas que un policía aceptaba 10.000 pesos por cambiar los roles en el auto.

A partir de ahí las familias quedaron confrontadas por lo sucedido. Emiliano fue con su madre al velorio de su amigo pero con los familiares no cruzaron miradas. Luego intentó ir a la casa a dar sus condolencias, pero Anabella, su novia, le recomendó que no lo hiciera.

Anabella, la novia de Emiliano

Karina, la novia de "Willy", escuchó a la familia de su novio asegurar que esto no iba a quedar así.

Los Salomón presionaron durante mese para que la investigación contra Emiliano Avanzara, pero en un momento dejaron de hacerlo. Tenian otros planes.


La amenaza

La vida de Emiliano se convirtió en un infierno. Le contó a Ivana Hamed y Esteban Pontoriero (dos compañeros en el colegio)  que vivía atemorizado. Lo amenazaban por teléfono, por carta. Lo vigilaban. Lo seguían. Sus padres hicieron denuncias y hasta la familia recibió custodia policial que los acompañaba hasta para ir a trabajar. Recibían amenazas en su casa y en la perfumería familiar. Las cartas llevaban en el remitente el nombre de Guillermo “Willy” Salomón.

"Una vez, cuando llegábamos a casa, nos apuntaron con un arma y pudimos escaparnos marcha atrás"
Aseguró la familia D'Aversa

Jonatha Gómez, el secuestrado

El 23 de febrero de 2002 se festejó el cumpleaños 18 de Emiliano en su propia casa. Una reunión de amigos. 3 muchachos salieron por un rato para ir a comprar cigarrillos y fueron capturados por un grupo armado que los llevaron prisioneros hasta Fuerte Apache. Habian confundido a uno de los amigos (Jonathan Gómez) con Emiliano. Los tuvieron varias horas hasta que se convencieron que ninguno de ellos era el que buscaban. En un momento los secuestradores pensaron en avisarle a Emiliano que sus amigos estaban capturados con el propósito de que fuera a buscarlos y así poder atraparlo. Pero descartaron esa idea creyendo que ese hecho movilizaría a los policías a venir. Los soltaron, no sin antes decirles que Emiliano le habia hecho un gran daño a una familia y que la tenía que pagar.

Quizás todo se trató de un aviso, pero no eso no evitó lo que vendría.

Llegó la hora


El 20 de mayo de 2002, Emiliano llegó poco antes de las 5 de la tarde a la perfumería familiar "Arco Iris", ubicada en Santos Vega 5973, y abrió el local. Entre las 17 y las 17.25 entró un hombre con una pistola calibre 22 con silenciador. Lo llevó al baño del fondo del local y lo ejecutó de 6 balazos.

El lugar del crimen, hoy es un consultorio

Los peritos encontraron el cadáver del chico con un reloj, cadenas y anillos de oro, además de 20 pesos sobre la caja registradora y un teléfono celular. La cosa estaba clara, no se trató de un asalto, la persona que lo mató solo lo buscaba a él. Todo se trató de un crimen por encargo.






La investigación

Los dudas cayeron rápidamente en la familia Salomón.

"El padre (Alfredo Salomón) dijo que quería ver a Emiliano perjudicado, y la madre decía que lo quería ver muerto" aseguraba la madre de Emiliano.


Se habrían grabado mas de dos mil llamados, en los cuales, según los D'Aversa, "Se escucha a Alfredo Salomón encargando un silenciador"
Según la investigación, los Salomón habrían pagado 8.200 pesos a un asesino que estuvo vigilando los movimientos de Emiliano y de su familia, y que actuó en el momento en que él estuvo solo en el negocio.


La principal hipótesis del crimen es que los instigadores fueron Alfredo Salomón, su hija Claudia Salomón y el esposo de ésta, Mario Mongelo.

 Un ex integrante de la Prefectura Naval, Aníbal Salsamendi, declaró que una amiga de la familia le ofreció el "trabajo" de matar al chico. La mujer que le hizo la propuesta fue Graciela Di Risio, amiga de la familia Salomón, y además comentó que junto a ella había otra mujer cuya descripción se ajustaba a la de Claudia Salomón.


"Me mataron a un primo, queremos ver si te animás a matarlo vos", fue la frase que recordó Salsamendi.


El ex marinero dijo que no quería saber nada y que se equivocaron de persona


También declaró el policía bonaerense Claudio Giordano, quien fue asignado a la custodia de la familia tras el crimen de Emiliano y dijo ante tribunal que un "buen" informante le pasó el dato de que los Salomón querían vengarse de los D'Aversa. Incluso, que ahora se estaba ofreciendo plata para matar a Leonel, el hermano de Emiliano.

Leonel, el hermano de Emiliano

Juicio






El 14 de diciembre de 2006 el Tribunal Oral 1 de Lomas de Zamora condenó a Alfredo, ya de 62 años, y a Claudia, de 38, a prisión perpetua por haber encargado el crimen de Emiliano cuatro años antes. Mario Mongelo, el marido de Claudia, que según la fiscalía había acordado el pago con el asesino, fue absuelto por el beneficio de la duda.

Claudia y Alfredo Salomón durante el juicio

Curiosamente, el único que salió bien parado fue el sicario del cual nunca se pudo identificar.






A veces, cuando ocurre una tragedia, se trata de buscar un culpable, quizás por el dolor que atraviesan, o por no aceptar lo que pasó o para que alguien tenga la culpa. La venganza ocupa y preocupa. Casi siempre actúa de manera desmedida. Quien  la practica cree dar sentido a sus expectativas. Cree, ingenuamente, que  equilibrará  con ella la balanza de los sufrimientos padecidos. Los sufridos y los otorgados.  Cree, en fin, que con el desquite sanará sus heridas, que la justicia surgirá del barro y aplacará la sed que le corroe.




La amenazas a la familia D´ Aversa continuaron. Sobre la tumba de Emiliano aparecieron dos claveles con un cartel que decía: “Estos son para Leonel y Mauricio que pronto estarán con Emiliano”, en referencia a sus hermanos.